Las rachas van cediendo, al igual que las bisagras de las
puertas con el paso de los años, pero uno se cansa de esperar y acaba por tirar
la puerta a patadas. Pero es peor que ocurra como con esos viejos relojes
seiko de acero, que nunca pasan de moda y nunca se averían, entonces lo metes
en un cajón por aburrimiento y compras otro. Yo llevo el mismo desde hace
quince años, me regalaron uno de esos modelos actuales, que son grandísimos,
como si estuvieran fabricados para un
puto miope, y lo que hice fue tirar el moderno al cajón.
No se como hace esa gente que se gana la vida jugando al póker,
yo solo pierdo, se necesitan imbéciles como yo para que otros vivan de este
juego. Soy un perdedor y los perdedores jugamos para no ganar, para pasar el
rato, para acompañar el whisky; después en la vida diaria nos va de puta madre,
no vaya a ser que cambie la suerte a ganador y después la jodamos
arruinándonos o diagnosticándonos un cáncer o cualquier otra común desgracia. Dejemos
las cosas como están, hay gente que le da de comer a los patos, a los gatos o a
los indigentes, otros (un poco más imbéciles que yo) dejan sus bienes a la
iglesia, príncipes y otras sectas: pues yo ayudo a pagar la carrera a chavales
con gran coeficiente intelectual que se aburren en clase, a que los
ajedrecistas de segunda se lleven un sobresueldo, a que tipos de Sarajevo o
Indiana paguen sus hipotecas, sus cervezas o lo que le salga de los cojones.
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